BOTÓN ROJO

Alerta «Botón Rojo». Control total para impedir derivaciones de enfermos.

Distritos de AP añaden una aplicación informática: la conocida como «botón rojo». Esto complica el trabajo de los Médicos de Familia, se superpone con la aplicación oficial (DIRAYA) y solo tiene un objetivo: dificultar la derivación de pacientes.

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Colectivos:
Hace unos días llegó a nuestro poder un documento del Distrito Sevilla de AP. Se trata de un pequeño tutorial editado por el propio DS Sevilla para indicar cómo hacer las derivaciones a especialistas a través del conocido como “botón rojo”. Es decir, que, para explicar a profesionales altamente cualificados cómo se deriva a nivel especializado, son necesarias 5 páginas. Y todo esto para  no aportar nada desde el punto de vista clínico y/o asistencial, a la atención sanitaria prestada. Una nueva tarea burocrática que no mejora la calidad de la asistencia sino que, muy al contrario la dificulta y limita.
Como podéis comprobar, el método no es difícil, aunque sí sumamente complejo y laborioso. Téngase en cuenta además que el médico de AP sigue disponiendo de 5 minutos, como máximo, para atender a cada paciente. 
Llama la atención especialmente, que dicho documento parte de una premisa absolutamente incorrecta, y que no es otra que, siguiendo el ejemplo que ilustra el documento, «todo paciente con rectorragia va a ser derivado al especialista”. Presupone que cualquier paciente que describa este síntoma, no requiere anamnesis, ni exploración, ni tratamientos previos. (Creo que en la facultad no era esto lo que nos enseñaron).
Para facilitar la contextualización del asunto, recordemos varias cosas:
1. La derivación a través del “botón rojo» no es un objetivo individual para el CRP de los profesionales; solo es un objetivo para los directores de UGC (por lo cual aprietan al máximo a sus «súbditos»).
2. Aunque oficialmente no es obligatorio ni es un objetivo personal para el CRP de forma directa, si lo es, o lo será, de forma indirecta, ya que, si evalúan la “calidad” de las derivaciones a través del “botón rojo”, todo aquel que no lo haga así tendrá un cero en este ítem.
3. El “botón rojo” no es una herramienta “oficial” del SAS, sino que es una iniciativa de algunos distritos sanitarios, entre ellos el DS Sevilla (vaya usted a saber qué oscuros intereses hay detrás de esto…).
4. A través del “botón rojo” también hay que realizar el cálculo del riesgo cardiovascular-SCORE, a pesar de que el DIRAYA dispone de una herramienta, más sencilla, a tal efecto. La diferencia entre uno y otro, además de la sencillez, es que el del “botón rojo” tiene una serie de ítems añadidos, según criterio desconocido y, desde luego, no validado por sociedad científica alguna. ¿Cómo se hacen, entonces, las comparaciones entre distintos grupos poblacionales de Andalucía o España, si no hay homogeneidad? Esto no parece científico o basado en la evidencia, ¿no?
¡Y, SIEMPRE, SIEMPRE, 5 MINUTOS/PACIENTE!
En definitiva, la Sanidad Andaluza es cada vez más un cortijo sin vallar donde cada capataz dispone a su antojo (incluso inventando procedimientos paralelos a los oficiales) y donde, desgraciadamente, el único objetivo es «hacer caja». Aunque esto suponga poner todas las trabas posibles al acceso del ciudadano a la asistencia que necesita. 
Pero no pasa nada, ellos están incluso por encima de la ley ¿O hace falta que volvamos a recordar las decenas de sentencias que incumplen?