A Primaria

Primaria necesita algo más que palabras.

Reflexiones de Salvador Galán, Secretario nacional de A. Primaria de CESM. «Aunque la mejora de primaria está entre los objetivos prioritarios de la mayoría de los nuevos gobiernos autonómicos, las promesas deben traducirse en hechos y cifras palpables».

Categorias: Actualidad Nacional, Opinión SMA, Política y Gestión Sanitaria
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Los médicos de atención primaria desarrollan su trabajo en una situación muy deteriorada, ya denunciada reiteradamente por CESM -a nivel estatal y en todas las autonomías-, y también por los colegios profesionales y las sociedades científicas.  

Esta situación está resumida en el decálogo del Foro de Médicos de Primaria que se publicó con motivo del último Día de la Atención Primaria, y que, bajo el lema «Me dedico a las personas», tuvo gran repercusión y fue el enésimo aldabonazo a los gestores/políticos y a la sociedad en general, esta vez con más fuerza. 

Desde entonces, con unas elecciones autonómicas de por medio y con los cambios de Gobierno que ha habido y que aún se están realizando, vemos referencias a la imprescindible potenciación de primaria en discursos de investidura y pactos previos.

Así, mientras Ciudadanos exige 30 millones de inversión extra para la primaria en Madrid, Andalucía se decanta por potenciar los servicios de Urgencias; en Extremadura, su presidente manifiesta que va a «potenciar» el nivel, y también en Cantabria y en Castilla-La Mancha oímos la promesa de dedicar el 25 por ciento del presupuesto a primaria. Podría seguir con una letanía en la que todos hacen hincapié en la necesidad de abordar la cronicidad desde el primer nivel.  Qué ironía, como si eso no se estuviera haciendo siempre. Más correcto sería, quizás, hablar de mejorar la atención a los crónicos. En esos discursos políticos no faltan los elogios y reconocimientos a los profesionales, «que han mantenido el sistema a pesar de la pérdida de condiciones y con muchas cargas laborales». Esta frase entrecomillada -de un nuevo presidente autonómico- se queda muy corta para describir la realidad de primaria.  Las condiciones laborales han llegado a límites que rozan lo indigno. La precariedad del médico se ha incrementado, con consecuencias que, a veces, son individuales y dramáticas, y otras -lo que es peor- tienen repercusiones en la asistencia: afectación importante de la continuidad asistencial y deterioro de los equipos por la fragmentación de los profesionales.

Recientemente, el PP ha impulsado una moción en el Senado (con la abstención del resto de los grupos parlamentarios) en la que se insta al Gobierno a «dotar a la atención primaria de más capacidad resolutiva, evitando la excesiva burocratización y convirtiéndola en el eje del Sistema Nacional de Salud», y el PSOE, por su parte, ha presentado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para «priorizar la atención primaria en el SNS» y desempolvar la Estrategia AP 21 (2007-2012), que, en su tiempo, se quedó guardada en un cajón. Es decir, los partidos siguen con sus peleítas. 

En vista de todo lo anterior, podríamos deducir que algo se ha hecho mal en la gestión de atención primaria, que esos errores han sido detectados por las diversas fuerzas políticas, y que hay voluntad de abordar los fallos.  Así lo deseamos todos, pero los médicos -y CESM en particular- ya somos muy escépticos con este tipo de declaraciones e iniciativas. 

Creemos más necesario que nunca un pacto por la Sanidad y por la atención primaria. Desde el Foro de Médicos de Primaria hemos pedido expresamente un Consejo Interterritorial monográfico para abordar la situación del nivel con una política común y con un incremento significativo de la financiación para poder atender con dignidad a las personas y a la comunidad. 

La terca realidad

Mientras, la realidad nos dice que el presupuesto de primaria ha disminuido; que aumenta la ratio de pacientes por médico, muy lejana de las cifras recomendadas de 1.200 TIS para Familia y 1.000 para Pediatría; que se incrementa la cartera de servicios; que las plantillas, ya obsoletas, empeoran con una injusta e irresponsable tasa de reposición; que se «ahorra» (creen los gestores) en sustituciones; que no se aborda la excesiva burocratización, que merma la eficiencia, que se olvida la imprescindible formación continuada, que no se planifica la necesaria reposición de profesionales… 

Aunque parece que el mensaje ha calado, los médicos de primaria seguiremos adelante con nuestro compromiso profesional -con las personas y con el SNS-, eso sí, sin dejar de exigir y de denunciar la irresponsabilidad de nuestros gestores/políticos y su miopía ante esta situación.

Salvador Galán es Secretario nacional de Atención Primaria de CESM. 

Fuente: Diario Médico