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El CRP un importante tema pendiente para esta Consejería.

La disminución del importe del CRP el año 2018 en comparación con los anteriores ha sido ostensible en todos los centros de toda Andalucía. Se mantienen también grandes desigualdades territoriales y por colectivos.

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El CRP un importante tema pendiente para esta Consejería

La disminución del importe del CRP el año 2018 en comparación con los anteriores ha sido ostensible en todos los centros de toda Andalucía. Se mantienen también grandes desigualdades territoriales y por colectivos.

Un análisis detallado de los datos que la Administración facilita al respecto de las cantidades a cobrar en concepto de CRP, revela tanto la disminución progresiva de las cantidades dedicadas a este complemento retributivo como las intensas e inexplicables desigualdades que se dan en esta materia en nuestra comunidad.

A este respecto es importantísimo recordar que el pasado 14 de marzo de 2018 el Grupo Popular (actual titular de la Consejería de Salud) presentó en el Parlamento de Andalucía una Proposición No de Ley relativa a equiparación salarial de los profesionales sanitarios andaluces con este colectivo en el resto de España, en cuyo punto 2 se insta literalmente a “Iniciar un proceso de negociación en el seno de la Mesa Sectorial de Sanidad sobre la modificación del complemento de rendimiento personal de los profesionales sanitarios andaluces, con el objetivo de que parte de este complemento pase a consolidarse dentro de la nómina, como ya se viene haciendo en otras comunidades autónomas”. 

Más tarde, ya en el otoño de 2018 el PP Andaluz incluía en su programa electoral, concretamente en la página 158, un punto en el que se propone que  “se desarrolle un sistema de complementos de productividad justo y transparente para directivos, cargos intermedios y profesionales dirigidos exclusivamente a la mejora de los resultados a nivel de salud de la asistencia sanitaria”.

El SMA viene denunciando desde hace años la injusticia, opacidad y mal dimensionamiento del CRP. Siempre hemos demandado la consolidación de todo o parte de esta retribución como complemento fijo y el establecimiento, para la parte que pudiera quedar vinculada a la productividad, de unos mecanismos de evaluación y reparto objetivos, transparentes y justos.  Esta es una importante tarea pendiente para esta Consejería, que esperemos que lleve a cabo cuanto antes. Nosotros vamos a exigírselo con fuerza a esta Administración, no solo porque se trata de una vieja demanda de nuestra organización, sino también porque no hacemos otra cosa que reclamar el cumplimiento de su programa electoral.

Descenso del CRP en los tres últimos años

Desde el año 2010 hasta el 2018 el importe medio del CRP de los profesionales del SAS ha caído más del 23 %. Un estudio más detallado de los últimos tres años, de 2016 a 2018, muestra no solo que en este periodo el CRP ha caído un 5,6 %, sino también que su evolución es muy dispar en las diferentes provincias de Andalucía. Así, en los últimos tres años, el CRP ha caído más del 13% en Granada, mientras que ha aumentado ligeramente en Córdoba (el resto de las provincias se sitúan entre estos dos extremos).

En cuanto a las causas de este descenso, llama la atención que en estos tres años la nota individual de los profesionales ha subido un promedio del 2,5 %. No obstante, este aumento de la nota individual se ha visto corregido a la baja por una caída acusada de la nota ligada a los objetivos colectivos, que ha sido de casi el 7 % en toda Andalucía, alcanzando casi el 11 % en Granada. Es decir, los profesionales hemos visto reducida la remuneración ligada al CRP a pesar de haber mejorado nuestro rendimiento individual, algo que parece manifiestamente injusto, pues un empeoramiento en el logro de objetivos colectivos parece más atribuible a defectos de gestión o financiación que a falta de celo profesional.

A esta rebaja en la nota colectiva hay que añadir el hecho de que, si bien el montante global destinado al CRP estos años se ha incrementado en casi 11 millones de euros, el crecimiento de la plantilla del SAS ha experimentado un incremento superior.  Este descenso proporcional del presupuesto implica unas menores retribuciones aun en el caso de la nota promedio no hubiese descendido.

En definitiva, la Consejería de Salud no presupuesta una cantidad suficiente para poder abonar a los profesionales lo que correspondería según la Resolución de Retribuciones del SAS en relación a su porcentaje de cumplimiento de objetivos (tanto individuales como colectivos), si no que, por el contrario, utiliza esta partida presupuestaria como comodín, reduciéndola cada vez que necesita fondos para otras partidas. Así, en lugar de destinar al CRP una cantidad suficiente para abonar a cada profesional el importe correspondiente a la nota máxima, calcula esta partida sobre la base de las percepciones del año anterior, lo que conlleva que no exista reparto de remanentes tal y como está previsto en la normativa que regula esta materia. Esta maniobra (a nuestro juicio no ajustada a norma) permite que el SAS ahorre una cantidad cercana a los 100 millones de euros anuales que deberían abonarse a los profesionales.

Diferencias territoriales

Pero el análisis de los datos del CRP también revela diferencias llamativas entre las provincias de la comunidad. Así, un profesional de la provincia que presenta el promedio de CRP más bajo de Andalucía puede llegar a percibir un 25 % menos por este concepto que la provincia con el promedio más alto (datos de 2018, año en que el promedio del CRP fue de 1.979,05 € en Almería y de 1.480,39 € en Huelva). Esta diferencia fue del 17 % en 2016 y del 19 % en 2018.

Carecemos de datos que justifiquen estas diferencias, pero cuesta creer que, dadas sus dimensiones, puedan ser la consecuencia de una diferencia real de rendimiento profesional en las diferentes provincias. En cualquier caso, estas no podrían ser de ningún modo atribuidas a los profesionales, sino que serían necesariamente consecuencia de diferencias en la gestión o en la estructura de las diferentes Áreas de Salud.

Diferencias por colectivos 

Si continuamos profundizando en el análisis de los datos, encontramos también otra circunstancia injusta y ominosa. Atendiendo a las calificaciones obtenidas por los distintos colectivos podría decirse sin reparos que para el Servicio Andaluz de Salud (SAS), la burocracia es mucho más productiva que el trato directo con los pacientes. Esta particular visión de la gestión sanitaria tiene su reflejo en la nómina. El personal que controla las listas de espera quirúrgica, que asigna las citas médicas o que gestiona las compras y suministros, cobran la cuantía máxima del denominado Complemento al Rendimiento Profesional (CRP) que le permite su categoría profesional, mientras que quienes atienden, curan o intervienen a los pacientes, médicos y enfermeros principalmente, son peor valorados a efectos de percibir este incentivo.

Estos datos no hacen sino corroborar nuestras teorías: la fijación de objetivos y posterior evaluación se hace de forma que sean los que mayores cantidades tienen potencialmente asignadas en su CRP los que menos puntuación obtengan. De esta forma se completa una grave injusticia y se obtiene un suculento ahorro disfrazado de rigurosidad evaluadora.

Es significativo que el colectivo asistencial y concretamente el facultativo sea el mejor valorado en todas las encuestas a los ciudadanos y sin embargo sea el peor valorado por el propio SAS. 

Ausencia de información 

El CRP es un complemento de cuantía nada despreciable para los facultativos. Su aplicación debe basarse necesariamente en datos objetivos y ser transparente para que pueda cumplir el propósito al que está destinado, esto es, servir de acicate y reconocimiento a los profesionales que destacan en el desempeño de sus funciones. Una aplicación arbitraria del CRP, sin evaluaciones objetivas de los profesionales, sin objetivos claros para los mismos, sin información a las organizaciones sindicales y sin primar los logros individuales frente a los colectivos, solo puede alimentar la sensación, hoy mayoritaria en nuestro colectivo, de que el complemento del CRP no es más que un instrumento de coacción en manos de los Directores de Unidad, cuya responsabilidad parece decisiva, por cierto, en el descenso en la consecución de objetivos colectivos.

El SMA ha solicitado en múltiples ocasiones una explicación clara sobre la forma en que se decide la partida presupuestaria destinada al CRP, su fórmula de cálculo para el reparto y la metodología de revisión y control de las evaluaciones. Hemos presentado nuestras quejas en mesa sectorial y a través de escritos presentados por registro, hemos recurrido al Portal de Transparencia de la Junta de Andalucía y hemos llegado incluso a presentar un escrito de queja ante el Consejo de Transparencia del Parlamento Andaluz. Los resultados obtenidos hasta ahora han sido desalentadores, nadie ha querido facilitarnos esta información de manera clara, concisa y objetivable.

Conclusión

El sistema retributivo basado en el CRP constituye un sistema opaco y engañoso que ha venido siendo usado como comodín para ajustar los déficits presupuestarios en los últimos ejercicios. Los importantes recortes que se efectuaron a raíz de la crisis de 2011 no se han recuperado en absoluto tras muchos años. Aunque más del 13% de nuestras retribuciones dependen del CRP, seguimos sin conocer el método de reparto y sin que se convoquen las comisiones de control o se habiliten los mecanismos para las revisiones o reclamaciones. Somos el único colectivo cuyas retribuciones variables superan con creces el 10 % y por tanto el colectivo más vulnerable cuando se recortan partidas presupuestarias en el CRP.

Es imprescindible que esta Consejería lleve a cabo los planteamientos expresados en su Programa de Gobierno y en la PNL presentada y, de una vez por todas, una parte importante (si no todo) de las cantidades destinadas al CRP se pasen a complementos fijos que aseguren una masa salarial estable. Es imprescindible también que aquellas cantidades que se mantengan ligadas a objetivos sean repartidas de forma transparente y justa, estableciendo los criterios y fórmulas de reparto con anterioridad de forma clara, ofreciendo al profesional mecanismos eficaces de revisión y reclamación y pactando objetivos realistas, alcanzables y orientados exclusivamente a la mejora de la calidad asistencial.

Comité Ejecutivo SMA