Tolerancia

PRL: La agresión no es la solución

En todo el año 2020, se registraron 1049, en 2021 fueron 1208 y en la actualidad llevamos casi 900 en 7 meses, por lo que, si los números no engañan, acabaremos el año con más de 1540.

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Colectivos:

Las estadísticas y el análisis de datos son útiles y son las herramientas que más oportunidades ofrecen, a la hora de tomar decisiones de gestión, utilizadas adecuadamente.

Dicho lo anterior, es asombroso cómo se han utilizado los datos sobre agresiones a  trabajadores del SAS, para maquillar el incremento progresivo y mantenido de estas situaciones. 

En la mesa Técnica del 8 de noviembre, monográfica del tema agresiones, se trasladó una presentación en la que, recogiendo datos de las agresiones producidas entre enero y julio de 2022, ante el número alarmante de las recogidas en RIAC (898), y que nos consta que no son todas las que se producen, se decidió desagregarlas por “perfiles de agresores”, a saber: perfil 1, pacientes psiquiátricos (118) y perfil 2 resto de pacientes sin esa condición (670). 

Además, se minimizó el impacto que tienen, tanto la mala educación de los usuarios atendidos como las faltas de respeto, que, según el Plan de prevención de Agresiones, para que se consideren agresión verbal debe “existir intencionalidad y revestir cierta gravedad”. 

No compartimos esa opinión y ya en febrero de este año cuando se hizo la revisión de la implantación del plan, desde nuestra organización no dimos nuestro visto bueno y matizamos, entre otras cuestiones, que era preciso modificar lo recogido al respecto en el Plan: 

Faltas de respeto: Para que una falta de respeto por parte de un usuario hacia el profesional pueda ser considerada agresión a los efectos de este Plan debe existir intencionalidad y revestir cierta gravedad (ejemplos: gritos continuados, exigencias continuas en tono elevado).

Aquí es donde debe empezar la verdadera tolerancia cero. No se deben tolerar bajo ningún concepto. Rompen la armonía que debe presidir la relación profesional/paciente y abonan el terreno para el siguiente paso: agresión física.

A ningún usuario de cualquier servicio, ya sea público o privado, se le tolera insultar, menospreciar o faltar al respeto a la persona que le atiende, sin una respuesta adecuada y proporcional a su actuación, ya sea por disponer de vigilantes de seguridad, que brillan por su ausencia en nuestros centros (no aparecen recogidos en la presentación) o avisando a cuerpos y fuerzas de seguridad, incluso restringiendo el acceso al lugar o “invitándolo” a abandonarlo.

Por mucho que, desde SSCC, se empeñen en trasladar un descenso o mantenimiento del número de agresiones, las cifras son tozudas y dicen lo contrario.

En todo el año 2020, se registraron 1049 (cierto es que fue un año peculiar por las restricciones que impuso la pandemia), en 2021 fueron 1208 y en la actualidad llevamos casi 900 en 7 meses, por lo que, si los números no engañan, acabaremos el año con más de 1540, cifra superior a la del peor año (2019 con 1507). Como resumen de las medidas que deberían ser prioritarias y urgentes aportamos las siguientes propuestas:

Insistir en plantillas bien dimensionadas y coberturas de todos los puestos funcionales (en las ausencias por distintas causas, bajas o permisos), para evitar los motivos más frecuentes de las agresiones, que son organizativos: demandas no satisfechas, atención sin cita previa (íntimamente relacionada con la demora en las citas por falta de profesionales), disconformidad con el tiempo de atención en el centro y el tiempo de atención de los avisos urgentes, así como desacuerdo con las normas del centro, etc.… según datos de registro AGRESIONES 2021 del SAS.

Dotar a todos los centros de vigilante de seguridad y cámaras de vigilancia. Incluso activar videograbación al pulsar el botón antipánico.

Cartelería disuasoria y explicativa en los centros, por parte de la administración, de que agredir a personal sanitario ESTÁ TIPIFICADO COMO DELITO. 

Campaña institucional de TOLERANCIA CERO en los diferentes medios de comunicación, igual que la que se hace para otras situaciones de violencia. 

Permitir en DIRAYA señal de alarma en caso de agresores reincidentes

Denuncia sistemática de la Asesoría Jurídica del SAS ante cualquier agresión por la vía que proceda: civil (daños patrimoniales, lucro cesante) o penal (con el agredido).

Aporto los datos de las Agresiones registradas por Provincias de enero a julio de 2022:

Almería: 80

Cádiz: 153

Córdoba: 62

Granada: 85

Huelva: 93

Jaén: 63

Málaga: 187

Sevilla: 175

Como iniciaba esta nota, los datos deben servir para tomar las decisiones más adecuadas, y en este caso no queda otra opción que tomarse en serio la implementación real y efectiva del plan de Prevención de Agresiones, que necesariamente debe dotarse de un PRESUPUESTO ESPECÍFICO Y CONCRETO.

Cualquier otro planteamiento no será más que PAPEL MOJADO y TRABAJO ESTÉRIL de los que estamos implicados en la Salud Laboral, tanto Administración como Sindicatos.

LA AGRESIÓN NUNCA ES LA SOLUCIÓN. TOLERANCIA CERO

Carmen Serrano

Vocal PRL SMA