Juzgados

La «marea blanca» ya baraja la vía judicial.

«Spiriman» se plantea acudir a los tribunales para reclamar los documentos que avalan la fusión hospitalaria de Granada.

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Los promotores de las tres manifestaciones que el pasado domingo reclamaron en Granada, Huelva y Málaga la paralización de las fusiones hospitalarias y el fin de los recortes asistenciales no dan por concluida la lucha. De hecho, tal y como confirman a LA RAZÓN, ya barajan la vía judicial para hacer valer sus reivindicaciones, muchas de ellas denunciadas por partidos y sindicatos desde hace años y que ahora han cristalizado gracias al altavoz de las redes sociales. 

Quien habla abiertamente de acudir a los tribunales es Jesús Candel «Spiriman», que lideró una marcha en Granada que, según la Policía, reunió a 40.000 personas y, según sus cálculos, «fueron más de 100.000». A su juicio, «ya toca mano dura», no sin antes advertir de que «el puesto de trabajo de muchas personas peligra si denuncian determinadas situaciones». Por ello, se plantea ahora acudir a los juzgados, porque «no me dan la información que avala la fusión».

Varios servicios y unidades, no obstante, han ido pasando a Candel, extraoficialmente, información sobre el funcionamiento de estos departamentos, corroborándose los recortes y las carencias en las plantillas y los medios. «He colgado documentos pidiendo explicaciones de por qué se manipulan las listas de espera o por qué se compran cosas a un precio distinto dependiendo del hospital que se trate», asegura, por lo que espera que «no se inventen nada». Igualmente, considera que la Consejería de Salud y el Servicio Andaluz de Salud (SAS) son tan reticentes a la hora de justificar los movimientos que han realizado tras la apertura del hospital del Parque Tecnológico de la Salud (PTS) porque «todo está basado en un gran recorte».

Sobre la respuesta de la Junta, que vincula a estas plataformas con el PP y Podemos, sostiene que «hemos dicho 40 veces que es un movimiento de la gente y de los profesionales y no pertenezco a ningún partido político, así que no me encasillen más». «¿Los ciudadanos no podemos protestar sin tener que ir con el político de turno de la mano?», se pregunta, al tiempo que señala que «quieren burlarse y mofarse de toda una ciudad».

Otro argumento de la Administración sanitaria es que los convocantes de estas protestas están lanzando mensajes «catastrofistas». Para Candel, los responsables de la Junta «tienen poca responsabilidad política y están cometiendo un delito moral contra la salud pública» con manifestaciones de este tipo. Y enumera casos reales que avalan estas manifestaciones: «Fueron personas que están pidiendo cita desde la atención primaria porque tienen un cáncer y no están siendo atendidas por los especialistas, y mujeres que llevan ocho meses esperando una ecografía». Su propia experiencia también demuestra a las claras que se vive un panorama desalentador. «Estoy en un servicio de urgencias que es caótico. Estoy en una consulta cosiendo con una lámpara que apenas da luz, sin materiales adecuados». «¿Esto es una atención integral o se está destrozando la sanidad para ir poco a poco recortándola y privatizándola?», se pregunta.

En Huelva, donde se concentraron más de 13.000 personas, están a la espera de que se pronuncien los responsables de la Junta en la provincia, aunque las valoraciones que han hecho los dirigentes a nivel regional «no auguran nada bueno», así que plantean la posibilidad de convocar nuevas manifestaciones para alertar de la «grave» situación que padece la sanidad pública onubense. «Insisten en que están dialogando, pero en Huelva no ha hablado nada ni se ha pactado», señala Julia Paloma Hergueta, convocante de la marcha. En su opinión, la manifestación «superó con creces las expectativas que teníamos al principio», tanto que terminó siendo «la convocatoria más multitudinaria en toda la historia de la provincia».

¿Mensajes catastrofistas? Hergueta asegura que sí, puesto que «la situación es catastrófica». «Siempre he dado a conocer datos de la Consejería de Salud, así que la Junta debe ponerse manos a la obra para arreglarlos».

Teniendo en cuenta que Málaga estaba en alerta naranja, que se dieran cita cerca de 3.000 personas es todo un logro, aunque el convocante, Jonathan Andrades, cifra la asistencia a la marcha en casi 10.000. «Estamos muy contentos por la participación y el civismo demostrado, aunque la lluvia hizo mella», señala. El siguiente paso que dará la plataforma es pedir una reunión con la delegada territorial de Salud en Málaga, Ana Isabel González, y «a partir de ahí diseñaremos más convocatorias, marchas y concentraciones, en coordinación con Granada y Huelva».

El comunicado que emitió la Consejería de Salud sostenía que, en el caso concreto de Málaga, no hubo fusión hospitalaria porque «el tamaño de la población lo desaconsejó». Según Andrades, «sí hubo fusión pero los propios profesionales sanitarios la pararon», por lo que confía en que «no se reinicie». Sobre las críticas de la Junta, se pregunta si también fueron catastrofistas «los médicos renombrados que hace un año firmaron un manifiesto para que cesaran los recortes». 

Fuente: La Razón