Preguntas O

Profesionales proponen una base común de preguntas para las OPE.

Médicos reunidos por el sindicato Amyts debaten sobre modelos que eviten filtraciones en las oposiciones y modularlas para que puedan acceder a la condición de fijo los temporales de mayor y menor antigüedad.

Categorias: Oposiciones y Concursos, Visto en Prensa
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La filtración de los exámenes de oposición, aunque no se demuestre, es una sospecha habitual de los profesionales, que temen que los miembros del tribunal busquen beneficiar a sus conocidos. Otros temores son que el examen no refleje de forma equilibrada el temario o que tenga poco que ver con la realidad clínica.

Estos riesgos podrían minimizarse, por ejemplo, seleccionando las preguntas a partir de una base común y nacional parecida a la del examen MIR, procurando que los miembros del tribunal no las conozcan con anterioridad, y evitando los conflictos de intereses, según se puso de manifiesto en un debate organizado la semana pasada por Amyts sobre el modelo de oposiciones en el Servicio Madrileño de Salud (Sermas).

Miguel Ángel García, de Amyts; Pablo Calvo, director de RRHH del Sermas; Julián Ezquerra, de Amyts; José Ramón Repullo, de la Escuela Nacional de Sanidad; y Pedro Arriola, médico del Hospital Clínico San Carlos. (Mauricio Skrycky)


Miguel Ángel García, coordinador de Formación del sindicato, expuso algunas de las propuestas, consultadas con los afiliados, para mejorar el sistema actual. Por ejemplo, sugirió que «las preguntas se generen fuera de los tribunales» y que se garantice la ausencia de sesgos «evitando incluir a jefes de servicio que hayan tratado con alguno de los candidatos en los últimos cinco o diez años o no sacar plazas de su servicio» o con un sistema mixto de un tribunal coordinador con pequeños subtribunales de cada especialidad.

  • El modelo de examen MIR puede ser un buen modelo a imitar 

Pablo Calvo, director de Recursos Humanos del Sermas, señaló que ya para la oferta pública de empleo (OPE) de 2015 se ha garantizado que los miembros de los tribunales «no conozcan el contenido del examen hasta 10 minutos después de su inicio», aunque añadió que no le parece serio «partir de la base de que los tribunales filtran las preguntas».

«El problema es que uno haga llegar a sus conocidos unas 20 de las 150 preguntas, de las cuales por estadística saldrán fijo 15, porque eso ya supone una ventaja importante», terció Julián Ezquerra, secretario general de Amyts, que recalcó que es necesario realizar un análisis posterior «para ver el nivel de aprobados por centro y las causas».

Prueba nacional

«Se podrían hacer bolsas de 5.000 preguntas a nivel nacional, actualizadas periódicamente, y de ahí ir sacándolas para todos los exámenes», sugirió Pedro Arriola, oftalmólogo con contrato eventual en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que realizó en enero el examen de la OPE. Negó poner en duda el tribunal, pero sí la prueba: «El temario parecía elaborado en los años 60 y en el examen había un gran desequilibrio entre las superespecialidades, así que unos candidatos ya de por sí tenían ventaja sobre otros».

José Ramón Repullo, jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud en la Escuela Nacional de Sanidad, explicó que es partidario un sistema de concursos a nivel local abiertos permanentemente a medida que se generen vacantes, en lugar de «convocar OPE masivas a nivel autonómico» poco manejables. El tribunal estaría compuesto por personal interno y externo al centro, y para evitar «el mangoneo local y preservar la meritocracia» se podría sumar la nota de una prueba a nivel nacional que «genere una base de datos que evite tener que hacer microexámenes».

  • Se busca un menor desequilibrio en torno a la presencia en las preguntas de las superespecialidades

Variar el peso de las pruebas para garantizar equidad

García explicó que uno de los objetivos de la propuesta del sindicato para mejorar las oposiciones es «procurar la equidad intergeneracional: no puede ser que un tiempo de bonanza lo disfrute una generación, la crisis perjudique a la siguiente y la vuelta a la bonanza la disfrute la posterior a ésta. Hay que redistribuir las oportunidades».

Por ejemplo, una de las medidas sería modular el peso del examen, la parte de la OPE que tiende a beneficiar a los más jóvenes, reduciendo su peso en función de los años que se hubiera tardado en convocar el proceso y hacer que no valga más del 40 por ciento de la nota final.
respetar las normas

Calvo añadió que rebajar el peso del examen al 40 por ciento no es posible porque «el Estatuto Básico del Empleado Público establece que la valoración de los méritos no determinará en ningún caso el resultado del proceso selectivo,» y que la forma generalizada para acceder a la condición de funcionario «sigue siendo la oposición y el concurso-oposición. Las reformas deben hacerse dentro del marco normativo».

Sí se mostró partidario de, por ejemplo, cambiar el límite de que sólo pasen a la valoración de méritos el mismo número de candidatos que de plazas, aunque dependerá de la negociación con sindicatos.

Selección justa desde el acceso como eventual

La mayoría de los presentes manifestaron que antes de cambiar el sistema es necesario cumplir las reglas: “Seguimos sin tener bolsas de empleo para médicos. Crecemos de un filtro en la puerta de entrada al sistema, y todos sabemos cómo se contrata”, lamentó Julián Ezquerra, secretario de Amyts. 

Varios asistentes intervinieron para lamentarse de que actualmente no se prime la meritocracia y la endogamia complique la movilidad de los profesionales porque las plazas “tienen nombre”, y se planteó la posibilidad de que, por ejemplo, se limite la contratación de los nuevos especialistas en el centro donde hubieran hecho su formación MIR. Pablo Calvo, director de Recursos Humanos del Sermas, concedió que la contratación “está descentralizada”, pero recordó que se está trabajando en crear bolsas de empleo a nivel autonómico por especialidades. Además, apuntó que la situación del Sermas es compleja, porque se están negociando tanto la interinización de eventuales como OPE y traslados: “Muchos se van a sentir en peligro, aunque eso sea lo que haya que hacer”.

En una postura contraria a la mayoritaria en la sala, José Ramón Repullo, de la Escuela Nacional de Sanidad, y Pedro Arriola, del Hospital Clínico San Carlos, manifestaron que dudaban del modelo del médico-funcionario y que eran partidarios de que cada servicio seleccione a su personal.

Repullo comentó que el problema es que “todos han abusado del sistema”, empezando por la proliferación de facultades de Medicina, y que “el empleo es un bien muy escaso y llegar a una solución de abajo a arriba es difícil, por los intereses encontrados”. Con un número de especialistas equilibrado y con un modelo de gestión clínica, “sería fácil internalizar la decisión de buscar un compañero, porque no nos interesaría que viniera alguien tóxico e incompetente”, un criterio “más cotidiano”. 

Fuente: Diario Médico