El Sindicato Médico Andaluz presenta un informe analizando el estado de la sanidad al Parlamento de Andalucía

Andalucía sigue a la cola en gasto sanitario por habitante y mantiene “listas de espera inasumibles” y “plantillas médicas al límite”.

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El Sindicato Médico Andaluz (SMA) ha presentado un informe sobre la situación de la sanidad andaluza en la Comisión de Economía del Parlamento de Andalucía en el que se expone que, pese al récord de inversión previsto para 2025, Andalucía sigue a la cola en gasto sanitario por habitante y mantiene “listas de espera inasumibles” y “plantillas médicas al límite”. El SMA recuerda que Andalucía destina 1.764 euros por habitante, claramente por debajo de la media nacional, y advierte de que este déficit de financiación “se traduce en peor atención y mayor desigualdad”.

Existen especialidades críticas sin personal suficiente, servicios tensionados y una falta de transparencia que impide conocer la verdadera magnitud de las demoras. El incremento presupuestario no llega donde debe y la falta de médicos continúa como defecto principal de la sanidad andaluza.

Financiación Sanitaria y Gasto Sanitario por Habitante

En los últimos años se ha producido un notable incremento del presupuesto sanitario en Andalucía. En 2025 está previsto que esta partida presupuestaria alcance 16.265 millones de euros, lo que representa el 31,5% del total del presupuesto andaluz y un gasto sanitario de 1.887 euros por habitante. Sin embargo, un análisis detenido nos revela algunos aspectos menos positivos de la financiación sanitaria en Andalucía.

El gasto sanitario por habitante de Andalucía sigue por debajo de la media de las Comunidades Autónomas (CCAA). Según los datos del Informe de Recursos Económicos del Sistema Nacional de Salud publicado por el Ministerio de Sanidad en agosto de este año, la media aritmética del gasto sanitario de las CCAA en 2025 ha sido de 1939 € por habitante, frente a los 1764 € de Andalucía. Nuestra comunidad ha gastado 175€ menos por habitante que la media de las CCAA, y 670€ menos que la comunidad mejor financiada, Asturias, con un gasto de 2436€ por habitante.

 

A pesar de estos datos, desde la Junta se ha afirmado que en 2025 Andalucía ha superado la media nacional en gasto sanitario por habitante. Esto es verdad si dividimos el gasto sanitario global, casi 86.000 millones de euros, entre el total de la población española, unos 49 millones de personas. Calculado de este modo, el gasto promedio por habitante es de unos 1755 € por habitante, ligeramente por debajo del dato de Andalucía. Esto se debe a que las CCAA con más población (Madrid, Valencia, Cataluña, Andalucía) se encuentran entre las que tienen el gasto sanitario por habitante más bajo, lo que baja notablemente el promedio del gasto por habitante a nivel nacional.

Sin embargo, esto no puede ocultar el hecho de que las 9 CCAA de la mitad superior de la tabla superan los 2000€/hab. en gasto sanitario, rozando en el caso de Asturias los 2500€. Esta diferencia de financiación representa la diferencia entre una asistencia sanitaria de calidad y una asistencia deficitaria, y se traduce en diferencias en tasas de supervivencia, calidad de vida y esperanza de vida de la población.

Justicia Social

Un año más debemos denunciar en este foro la enorme injusticia social que representan estas enormes diferencias de financiación sanitaria en nuestro país. De hecho, la injusticia es aún mayor si tenemos en cuenta que el mayor esfuerzo presupuestario que debe realizar nuestra comunidad para financiar su sanidad pública. Mientras el presupuesto sanitario de Andalucía representa casi el 8% de su PIB, la media nacional es del 6,7% y en comunidades ricas como La Rioja o el País Vasco el presupuesto sanitario, que se encuentra entre los más altos de España, apenas supera el 6% del PIB. Aunque también nos encontramos ante una cuestión de voluntad política: CCAA con un PIB por debajo de la media, como Canarias o Extremadura, se encuentran por encima de la media en gasto sanitario por habitante.

Y no podemos olvidar que el déficit de financiación sanitaria en Andalucía se da en un país que, en su conjunto, tiene una sanidad mal financiada. El gasto sanitario total en España es un 22% inferior a la media europea, y lo mismo sucede con el porcentaje de ese gasto que se destina a sanidad púbica en España (71% frente al 81% de Europa).

Indicadores de Accesibilidad a la Asistencia Sanitaria

En cualquier caso, debemos reconocer que el gasto sanitario en Andalucía ha crecido de forma notable en los últimos años. Según el consejero de Sanidad Antonio Sanz, en 2026 habrá crecido un 61% respecto a 2018. Pero entonces, la pregunta que cabe hacerse es: ¿En qué se ha gastado todo ese dinero? ¿Cómo es que ese incremento del gasto no se ha traducido en una mejora de la asistencia sanitaria a la población?

Según los datos publicados en la página del Servicio Andaluz de Salud, la lista de espera quirúrgica en junio de 2025 era de 207.236 pacientes, de los cuales 43.270 llevaban esperando más de un año. La demora media era de 169 días. En cuanto a la lista de espera de consulta médica hospitalaria, el total de paciente era de 852.289, con 448.742 pacientes esperando más de dos meses y una demora media de 127 días, más cuatro meses. Estos datos son muy similares a los de 2024 y, de hecho, a los de los últimos años.

Y esto es solo lo que sabemos. No existen datos públicos de demora en la consulta del médico de familia en Atención Primaria. Tampoco tenemos datos del tiempo que transcurre desde que un paciente consulta a su médico de familia por un problema de salud hasta que obtiene un diagnóstico y un tratamiento adecuado. No tenemos datos públicos de la lista de espera en pruebas diagnósticas, como ha puesto de manifiesto el gravísimo problema del cribado del cáncer de mama.

Nuestro sistema sanitario público es deficitario y opaco, a veces incluso para sus propios gestores. Mejorar la transparencia del sistema no solo es un deber legal, también es necesario para mejorar la gestión y es un deber ético hacia la sociedad.

Plantillas

El incremento del gasto no se ha traducido en una mejora de la asistencia sanitaria a la población. Es evidente que el presupuesto sanitario no ha sido bien gestionado. ¿A dónde ha ido a parar entonces el dinero? Nuestros gestores sanitarios llevan años señalando el incremento que se ha producido en la plantilla del SAS. En efecto, según los datos publicados en la página web del SAS, entre 2020 y 2024 este incremento ha sido del 15’2%. Sin embargo, la plantilla de facultativos solo ha crecido un 12,5%. En este periodo, la plantilla de enfermería ha aumentado un 19%.

Entre 2020 y 2024, la plantilla de médicos de familia solo han subido un 6%, un incremento similar al de farmacéuticos (6%), veterinarios (5’2%) y odontólogos (5,6%). En el caso de los pediatras de Atención Primaria se ha producido un descenso del 5’6%. Solo los Facultativos Especialista de Área (FEA), es decir, los facultativos del ámbito hospitalario, han subido por encima de la media del SAS (un 20%) a pesar de que, como veremos, esto no ha evitado un gravísimo déficit de médicos en determinados centros y especialidades.

La tasa de médicos por 1000 habitantes de la sanidad pública Andalucía es inferior a la media nacional. Según el último Informe Anual del Sistema Nacional de Salud, en 2023 la tasa de médicos por 100 habitantes en Andalucía era de 0,73 en A. Primaria (la media nacional es de 0,77) y de 1,43 en A. Hospitalaria (la media nacional es de 1,95). A pesar de estos datos, desde hace años los refuerzos de plantilla que está llevando a cabo la Consejería de Sanidad ignoran a los médicos y se dirigen a otras categorías profesionales. De hecho, entre 2019 y 2024 la plantilla de facultativos ha descendido en términos porcentuales, pasando del 19,3% al 18’5% del total.

Falta de Médicos

Desde la Consejería de Salud suele esgrimirse para justificar estos datos que en España faltan médicos, pero no es verdad. Sea cual sea la fuente de datos que consultemos, encontramos que la tasa de médicos por habitante en España está por encima de la media europea. Según el último informe de la Organización Médica Colegial, en 2025 había en España 5,7 médicos por 1000 habitantes. Sin embargo, la distribución de estos profesionales es muy desigual.

En Andalucía, la tasa de médicos por 1000 habitantes es de solo 5,1, una de las más bajas de España. Solo en Castilla la Mancha, Ceuta y Melilla es inferior. Como en el caso andaluz, las CCAA con el gasto sanitario más bajo por habitante suelen tener también las tasas más bajas de médicos. A pesar de todo, esta tasa global en muy superior a la de médicos de la sanidad pública, que ni siquiera alcanza los 3 médicos por 1000 habitantes. Es decir, en España y en Andalucía no faltan médicos en general: faltan médicos en la sanidad pública.

El deterioro de la sanidad pública favorece el crecimiento de la sanidad privada, que cada vez atrae a más médicos y pacientes generando una fuente más de injusticia social. Según el Informe del Observatorio del Sector sanitario Privado del Instituto IDIS de 2025, en 2024 12,6 millones de españoles, un 26% de la población, tenía seguro privado. El porcentaje de la población con seguro sanitario privado no deja de crecer y actualmente un tercio de los médicos colegiados trabajan solo en la sanidad privada. Nada garantiza que los médicos que se están formando actualmente vayan a reforzar la sanidad pública en lugar de integrarse en la sanidad privada.

Centros y Servicios Críticos

Aunque el escenario descrito es desalentador, la realidad es aún peor cuando la analizamos en detalle. La situación de las plantillas médicas es dramática en determinados centros y especialidades médicas, y no deja de empeorar. Veamos algunos ejemplos.

Según los datos que ofrece el SAS en su página web, entre finales de 2019 y mediados de 2025 la plantilla de FEA del Hospital Infanta Elena de Huelva ha bajado de 114 a 107; la del Hospital Universitario de Jaén ha bajado de 409 a 398 y la del hospital de Torrecárdenas de Almería solo se ha incrementado en 40 médicos, pasando de 435 a 475, mientras la plantilla de enfermería en el mismo periodo subía de 801 a 1010. La crisis en Atención Primaria es aún más grave. En este mismo periodo, en el área de Gestión Sanitaria Nordeste de Granada los médicos EBAP (médicos de Atención Primaria) han bajado de 117 a 112, y en el AGS de Osuna han bajado de 154 a 123. Las condiciones de trabajo a las que están sometidos estos profesionales con plantillas cada vez más deficitarias son insoportables, lo que los impulsa a abandonar estos centros, cuando no a abandonar la profesión.

Por desgracia, no disponemos de datos públicos sobre las plantillas médicas de las diferentes especialidades, pero sabemos que la situación es crítica en algunas de ellas: por ejemplo, en radiología, como ha quedado de manifiesto con la crisis de los cribados. O en anestesiología: En el HU de Jaén, la falta de anestesiólogos ha provocado que en estos momentos funcionen entre 5 y 7 quirófanos diarios, cuando deberían funcionar entre 15 y 17. La escasez de médicos afecta igualmente a Cirugía General, Oftalmología, Otorrinolaringología, Urología, etc. En algunos servicios la escasez es tal que apenas se puede garantizar la asistencia más básica a la población y las listas de espera no dejan de crecer.

No solo carecemos de datos públicos sobre las plantillas médicas en cada centro y especialidad, sino que los datos de los que disponemos no reflejan correctamente la realidad. Por ejemplo, no nos dicen cuántos médicos están contratados a tiempo parcial, o están de baja o con reducciones de jornada que no son sustituidas, de modo que la situación real sin duda es mucho peor de la que indican estos datos.

El futuro

La Consejería de Salud lleva años sin prestar atención a la falta de médicos en la sanidad pública andaluza. La escasez de radiólogos, por ejemplo, solo ha sido considerada un problema cuando ha estallado la crisis de los cribados. Incluso ahora, el plan de choque puesto en marcha por el SAS contempla 705 contratos de los que solo 243 (un 34%) corresponden a médicos. Y lo que es peor: la mayoría de estas plazas de radiólogo no se van a cubrir.

No basta con incrementar el presupuesto sanitario, como demuestran los datos que acabamos de exponer. Es necesario adoptar medidas que atraigan a los médicos a la sanidad pública y refuercen sus plantillas, mejorar la gestión, dirigir los esfuerzos presupuestarios a medidas que mejoren la asistencia a la población, mejorar los sistemas de información y las bases de datos, e informar a la población de forma transparente del funcionamiento de un sistema que consume un tercio del presupuesto andaluz. Si no se emprende una reforma en profundidad del actual sistema sanitario público, ningún incremento del presupuesto servirá para conseguir la sanidad pública de calidad que merecen los andaluces.