
LA MESA SECTORIAL DEL 27 DE MAYO DEMUESTRA LA NECESIDAD DE UN ÁMBITO PROPIO DE NEGOCIACIÓN PARA EL PERSONAL FACULTATIVO
Carece de justificación que el colectivo más deficitario del SAS sea precisamente el colectivo en el que produce el descenso más drástico en sustituciones este verano.
El pasado 27 de mayo se reunió la Mesa Sectorial de Sanidad para tratar, entre otros asuntos, el Plan de Vacaciones de 2025 y el baremo del próximo concurso de traslado del SAS.
Por lo que respecta al plan de vacaciones, se nos informó de que se ha producido un ligero descenso del 0,44% en el número total de nombramientos anunciado para 2025 (36.529) en comparación con los de 2024 (36.692). Si embargo, los nombramientos para el grupo A1, constituido mayoritariamente por facultativos, han pasado de 1306 en 2024 a 1019 en 2025, es decir, han disminuido un 16,5%.
Carece de justificación que el colectivo más deficitario del SAS, del que depende de manera decisiva tanto la solución a la lista de espera en Atención Hospitalaria como la reducción de la demora en las citas en Atención Primaria, sea precisamente el colectivo en el que produce el descenso más drástico en sustituciones este verano. El SAS fue incapaz de darnos una explicación satisfactoria de este hecho, cuyo análisis y relevancia para el sistema público quedan diluidos a causa del enfoque general al que nos obliga el actual sistema de negociación. Puede que el SAS y el resto de los sindicatos de la Mesa Sectorial se sientan satisfechos con una cifra de contratación global que sacrifica al colectivo facultativo, pero ni el SMA ni la población andaluza pueden compartir ese punto de vista.
En cuanto al baremo del concurso de traslado, se trata de un asunto que fue tratado en mesas técnicas previas a esta Sectorial. En ellas, el SMA solicitó un nuevo baremo que no solo contemple la experiencia profesional, la antigüedad y los puestos de difícil cobertura, sino también los diversos méritos formativos y científicos que tan relevantes son en el expediente de cualquier facultativo, tales como los títulos de doctorado, máster, títulos propios o proyectos de investigación. Por desgracia, el SMA ha vuelto a quedarse solo en esta reivindicación, por lo que la Administración ha podado el baremo de méritos con fin espurio de agilizar el procedimiento. No dudamos que la eliminación de estos méritos en otras categorías profesionales pueda estar justificada, pero nadie juicioso sostendrá que la formación académica y científica es irrelevante en el currículum del facultativo. Por desgracia, una vez más, la mesa común de negociación ha impedido un reconocimiento de la singularidad de nuestro colectivo.
El SMA está inmerso en el momento actual en una negociación con el Ministerio por un Estatuto Propio y un ámbito de negociación específico para nuestra profesión. Circunstancias como las descritas explican que esta reivindicación va más allá de una mera reivindicación laboral: se trata de una demanda clave para el futuro de la medicina pública y, por tanto, de la sanidad pública. Ni la Administración central ni las autonómicas parecen entenderlo. Por desgracia, de no producirse un cambio drástico en la actitud de las autoridades sanitarias, las consecuencias las acabará pagando el conjunto de la población.
Comité Ejecutivo del SMA