El Garrobo

El SMA condena enérgicamente lo sucedido en El Garrobo. La sociedad no puede mirar para otro lado ante la coacción irracional.

Desconocemos quién fue el autor intelectual de los hechos ocurridos en este pueblo sevillano, pero, sea quién sea, no puede arrogarse la potestad de promover actos ilegales impunemente.

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Los hechos son por todos conocidos. Hace unos días un grupo de vecinos de la localidad de El Garrobo, retuvo durante horas a una compañera que finalizaba su guardia en el centro impidiéndole regresar a su casa. La Guardia Civil acudió pero no impidió que siguiera retenida, sin que se haya aclarado hasta el momento, el porqué de esta actuación.

Desde el SMA no tenemos palabras para expresar nuestra indignación (o quizás sea más adecuado decir que las palabras que se nos ocurren no deben ser expresadas en un artículo como éste), es absolutamente intolerable que se permitan disponer de la vida de una médico y que este hecho no provoque una inmediata reacción de rechazo unánime por parte de toda la sociedad.

Los médicos estamos hartos, muy hartos. Empezamos a sentir que nuestra profesión se ha transformado en una condena a cadena perpetua durante la que está permitido todo tipo de abuso, agresión, explotación o retención ilegal.

Con hechos como éste solo se va a conseguir que cada vez más compañeros opten por emigrar a otros lugares o a otros modelos y que la Sanidad Pública andaluza vea agravada aún más su escasez de facultativos.

Obligar a alguien a trabajar en contra de su voluntad, tras 24 horas ininterrumpidas e impedirle que pueda ir con su familia, sin que existiera una emergencia en ese momento, es un acto de tiranía solo entendible en regímenes dictatoriales.

El problema de esta sociedad no es que una médico quiera irse a casa después de cumplir con su obligación laboral, el auténtico problema es la insensatez de quienes promueven actos de este tipo, es la tolerancia hacia quien obtiene lo que quiere por la fuerza, es la pasividad de quienes deben impedir que los hechos continúen y es, en definitiva, la barbarie irracional que algunos toleran y otros usan para ocultar sus carencias.

Nosotros, desde el SMA, vamos a poner todos nuestros esfuerzos para que esto no vuelva a ocurrir, tomaremos cuantas medidas legales sean necesarias y nos personaremos en cuanta causa se abra por los hechos descritos.

Hasta aquí hemos llegado. Si la sociedad no cuida a los médicos, tendremos que cuidarnos nosotros. Y, como es bien sabido, la necesidad de autoprotección y la inseguridad del médico en su puesto de trabajo, acaba repercutiendo negativamente en la asistencia.  

¿Es ahí donde unos cuantos descerebrados que dirigen piquetes quieren llevarnos?