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El SAS discrimina y ofende a los representantes sindicales en los tribunales de OPEs y traslados.

Desconocemos si la actitud del SAS se basa en un intento de hacer más opacas las decisiones o si es que no nos considera íntegros y honestos, pero el hecho es que nos niega la asistencia en igualdad de condiciones con los vocales.

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Las bases generales de las convocatorias de OPEs y traslados son claras en lo referente al deber de confidencialidad de los asistentes a los tribunales. Cuando se refiere a los miembros de tribunal (presidente, secretario/a y vocales) dice literalmente “deberán guardar confidencialidad de los asuntos y los datos que se traten en las sesiones de los Tribunales Calificadores en todas las materias que no sean objeto de publicación oficial y en aquellas que aun siéndolo, no se hubieran publicado todavía por los medios establecidos en la convocatoria”. La misma frase, con idénticas palabras, se usa al hacer referencia a los representantes de las organizaciones sindicales.

No existe pues un trato diferente en la normativa que obligue al deber de confidencialidad a unos sí y a otros no. Tanto unos como otros están obligados a respetar la normativa vigente y de no hacerlo se enfrentarían a los efectos legales que pudieran corresponder.

A pesar de lo anterior, el SAS ha decidido que la forma de asistencia a las sesiones de los tribunales sea distinta para unos y otros, discriminando claramente a los representantes de las organizaciones sindicales.

En las instrucciones que el SAS nos ha enviado se especifica que los representantes sindicales deberán acudir a una sala en las dependencias del SAS en Sevilla para desde allí conectarse por videoconferencia con los miembros del tribunal que, ellos sí, podrán estar conectados desde su lugar de trabajo, desde su casa o desde el bar de la esquina. Es decir, mientras que un delegado sindical de Almería se vería obligado a realizar 900 kilómetros en un día para acudir a una sesión por videoconferencia de un tribunal, un vocal de ese mismo tribunal puede conectarse a la videoconferencia mientras que se toma un café a 500 metros de la sede del SAS.

No vamos a entrar a discutir si esta decisión del SAS se ajusta o no a la legalidad, entre otras cosas porque aún en el supuesto de que no respetara la legalidad, los tiempos necesarios para que la justicia dirima el caso pueden ser muy largos y aunque nos dieran la razón, podría llegar fuera de tiempo.

Sin embargo, sí que nos parece imprescindible valorar el trasfondo de esta decisión del SAS que consideramos discriminatoria, ofensiva y poco ética.

Nos parece discriminatoria porque, como ya hemos dicho, el acceso a la sesión obliga a unos a desplazarse y compartir un solo ordenador y pantalla (todos los representantes se deben conectar desde la misma sala del SAS) mientras permite a otros una cómoda asistencia sin exigirles ninguna condición ni garantía.

Nos parece ofensiva porque el SAS presupone la integridad y honestidad de los miembros del tribunal mientras, con su actitud, pone en duda esa integridad y honestidad en los representantes sindicales y el SMA no puede admitir ese trato, nos parece humillante e inaceptable y una muestra más del desprecio del SAS a nuestra organización.

Y nos parece poco ética porque es evidente que dificultar la asistencia de los representantes sindicales solo puede generar desconfianza y poner dificultades a la transparencia.  Los representantes sindicales somos los garantes de que se realiza un trabajo justo, imparcial, objetivo y ajustado a norma y en base a ello nuestra asistencia debiera estar facilitada y hasta incentivada por el SAS.

Los opositores y los que optan a un traslado se juegan mucho en estos procesos y recurren a nosotros para que velemos por la objetividad, para asegurarse de que sus alegaciones han sido revisadas, para que demos fe de que no han existido tratos de favor, etc. Todo esto los tranquiliza y hace que se sientan tratados con imparcialidad y respeto a los principios de igualdad, mérito y capacidad, pero si el SAS nos pone trabas no conseguirá otra cosa que hacer crecer la desconfianza de muchos de los candidatos en la objetividad del proceso.

Los representantes sindicales no merecemos este trato, no podemos consentir que se nos presuponga falta de honestidad y no podemos tolerar que se dificulte la transparencia de los procesos selectivos.

Fdo. Comité Ejecutivo SMA