Los responsables del SAS, aturdidos por el incremento desorbitado de la lista de espera, la comparan con la cola del pan

Solo el aturdimiento puede explicar que los responsables del SAS, empezando por la propia consejera de Salud, Catalina García, atribuyan el incremento de la lista de espera al buen funcionamiento de la sanidad pública andaluza. Estamos acostumbrados a que nuestros representantes políticos jueguen con las…

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Solo el aturdimiento puede explicar que los responsables del SAS, empezando por la propia consejera de Salud, Catalina García, atribuyan el incremento de la lista de espera al buen funcionamiento de la sanidad pública andaluza.

Estamos acostumbrados a que nuestros representantes políticos jueguen con las palabras hasta hacer parecer lo blanco negro, pero incluso este ejercicio de cinismo posmoderno tiene límites. Quien los sobrepasa cae en el ridículo.

La consejera de Salud ha declarado que el sistema sanitario «funciona muy bien y genera actividad», lo que «genera más listas de espera, como es normal». La cosa es para echarse a temblar, no ya por la extravagancia del argumento, sino porque, de tomarlo en serio, deberíamos concluir que cuanto mejor funcione el SAS mayores serán las listas de espera. ¿Qué nos tiene preparado esta consejera? Mejor no pensarlo. Francamente, a estas alturas no esperábamos mucho del actual equipo de Salud, pero presentar las listas de espera como un éxito de su gestión sobrepasa nuestros peores pronósticos.

Animados quizás por la valentía de la consejera al ofrecer una visión radicalmente renovadora de la gestión sanitaria, por si quedasen dudas, los responsables de los Distritos de Atención Primaria de Huelva han decidido poner un ejemplo aclaratorio. En el cartel que acompaña a esta nota, junto al lema de que “todo lo bueno trae cola”, nos muestran las colas en los bancos o en Correos como prueba de su excelencia. Si tienen colas es porque la gente ansía aquello que ofrecen. Igual pasa con el SAS.

Pero lo cierto es que la gente no interpreta las colas como un signo de buen funcionamiento de nada, sino todo lo contrario. Si, además, la cola en lugar de durar unos minutos dura meses, y en lugar de hacerse para comprar una barra de pan se hace para obtener un diagnóstico médico o ser intervenido quirúrgicamente, la comparación ofende.

Consciente quizás de la debilidad de esta estrategia de defensa, la consejera ha recurrido a un argumento complementario para justificar el desastre. Concretamente, ha achacado la lista de espera a la pandemia y a la gestión de la Administración socialista. No seremos nosotros quienes neguemos la gestión nefasta de la lista de espera por aquella Administración de infausto recuerdo, que infligió a la sanidad pública andaluza, y muy en especial a los médicos, un daño del que será muy difícil recuperarse. Pero hacerlos responsables de la lista de espera cinco años después de dejar el poder no tiene un pase. En cuanto a la pandemia, es razonable pensar que ha contribuido a empeorar la lista de espera, pero uno esperara de sus gestores que ofrezcan soluciones a los problemas, no excusas para ocultar su inacción.

En realidad, es tal la torpeza de los argumentos esgrimidos por el equipo de la consejería de Salud, es su campaña es tan tosca, que casi da la impresión de que no les importa que los releven del cargo. Quizás les ha venido grande.

Comité Ejecutivo del SMA