Un sindicato independiente

El Sindicato Médico Andaluz carece de vínculos políticos y de financiación pública. Otros sindicatos deben responder ante quienes los financian. Nosotros no. Nuestros únicos ingresos son las cuotas de nuestros afiliados. A ellos nos debemos en exclusiva. 

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El Sindicato Médico Andaluz carece de vínculos políticos y de financiación pública. Otros sindicatos deben responder ante quienes los financian. Nosotros no. Nuestros únicos ingresos son las cuotas de nuestros afiliados. A ellos nos debemos en exclusiva. 

Hablar en nombre de profesionales que incluyen la ética y la calidad de su trabajo entre sus reivindicaciones es un privilegio. Impulsados por esa fuerza, hemos alcanzado una relevancia pública que incomoda a nuestros gobernantes. Tanto los anteriores como los actuales han intentado desacreditarnos tachando nuestras reivindicaciones de partidistas. Recibir la misma crítica desde partidos rivales es la mejor prueba de nuestra independencia. 

Defendemos que nuestro colectivo reciba el trato que merece y ocupe el lugar que le corresponde en el sistema sanitario por su formación y responsabilidad, así como por las atribuciones que le confiere la ley. Esta labor no es fácil. A los gestores sanitarios de cualquier color político les incomoda nuestra independencia y el peso de nuestras decisiones en la organización sanitaria. De ahí su propensión a encorsetarnos e instrumentalizarnos. 

Recientemente estamos asistiendo a una estrategia que persigue relegar al médico a un segundo plano en Atención Primaria, cuyo liderazgo se está entregando a la enfermería. Pronto veremos algo similar en Atención Hospitalaria. Esta estrategia lleva tiempo en marcha en buena parte del mundo occidental, donde está fracasando. La tentación de conseguir que otras categorías suplan nuestras funciones es muy fuerte para el político, aunque solo fuera por el ahorro que conlleva. Pero un médico siempre será un médico, y sostener lo contrario no solo es un perverso ejercicio de cinismo posmoderno, sino también un fraude a la población. Permitir que la presión de la sobrecarga asistencial o la promesa de liderar equipos multidisciplinares nos haga cómplices de este proyecto disparatado sería suicida. 

Este es solo uno de los retos a los que nos enfrentamos. Los facultativos no queremos privilegios, sino un trato justo. No podemos seguir siendo los que cargan sobre sus hombros las carencias de nuestro sistema sanitario. No podemos seguir soportando discriminaciones salariales, asumiendo excesos de jornada sin retribuir, cargando con la presión de los pacientes por las listas de espera o soportando coacciones para cubrir puestos de difícil cobertura a cambio de nada. Merecemos más.

Nuestras reivindicaciones resultan irritantes para los políticos porque son justas y porque las defendemos con una convicción inquebrantable. Por eso somos incómodos para ellos y fundamentales para nuestro colectivo. Cada día es más necesario que estemos unidos en la defensa de nuestros derechos. 

Solo un Sindicato independiente y profesional, que no obedezca a intereses de partido, libre de hipotecas, capaz de reivindicar sin complejos un trato acorde con nuestra cualificación, puede representar a nuestro colectivo en la Mesa Sectorial. Solo el Sindicato Médico Andaluz responde a estas expectativas. Nuestro mayor anhelo es estar a la altura de los compañeros a los que representamos.

Comité Ejecutivo del SMA